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Miércoles 22 mayo 2024
Gastritis en perros y gatos: Signos clínicos, causas, diagnóstico y tratamiento
¿Qué es la gastritis?
La gastritis es la inflamación de la mucosa gástrica (revestimiento interno del estómago) que puede afectar a perros y gatos. Su signo clínico principal es el vómito agudo o crónico y puede ser causada por la ingesta de cuerpos extraños, alimentos en mal estado, parásitos o infecciones virales, bacterianas o parasitarias, entre otras.
Esta afección puede deberse a una enfermedad propia del estómago (Gastritis primaria) o ser consecuencia de enfermedades que afectan a otros órganos (Gastritis secundaria) como por ejemplo enfermedades renales o hepáticas. La gastritis es una patología que puede afectar a perros y gatos de diferentes razas, sexo o edad.
Signos clínicos
El signo principal de la gastritis es el vómito, el que puede ser de diferentes aspectos. Puede ser de comida parcialmente digerida, de color verde o amarillo por el contenido de bilis, blanco espumoso o hasta rojo por el contenido de sangre. También pueden observarse signos de náuseas: el paciente puede hacer movimientos con la lengua como si saboreara algo, con babeo o salivación excesiva. Muchos perros con irritación gástrica comienzan a ingerir pasto, presentan poco apetito, decaimiento y dolor abdominal.
Signos clínicos de gastritis en perros vs. gastritis en gatos:
Aunque comparten signos, existen diferencias clave:
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En Perros: Es frecuente ante presentar dolor abdominal ver la «postura de rezo» (levantan la cola y estiran los brazos), ingesta compulsiva de pasto y vómitos amarillos (biliosos).
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En Gatos: Suelen esconderse, están irritables, rechazan la comida totalmente (anorexia) o parcialmente (hiporexia) y vocalizan diferente.
Causas de la gastritis:
- Intoxicación o ingesta de tóxicos químicos domésticos como lavandina, anticongelantes, por ejemplo.
- Ingesta de plantas tóxicas.
- Tratamiento prolongado con medicamentos como antiinflamatorios o antibióticos.
- Enfermedad de otros órganos como enfermedad renal, insuficiencia hepática, pancreatitis o patologías del sistema nervioso central que
producen indirectamente irritación gástrica. - Ingesta de cuerpos extraños como hilos, marlos de choclo, juguetes pequeños, piedras, bola de pelos, envoltorios plásticos de comida, pastos o vegetales como maderas.
- Consumo de alimentos en mal estado o basura.
- Parásitos internos intestinales.
- Infecciones virales o bacterianas como Helicobacter pylori.
- Alergias alimentarias.
- El estrés crónico.
Diagnóstico de la enfermedad
Ante estos signos, lo importante es consultar con el M.V. de confianza en forma urgente. El diagnóstico suele basarse en una historia clínica completa, los hallazgos clínicos y la respuesta al tratamiento de los signos clínicos. Se debe buscar un diagnóstico específico en las siguientes situaciones:
- Ha tenido acceso a objetos extraños o toxinas.
- Los signos clínicos no se resuelven dentro de los 2 días posteriores al tratamiento.
- Hay vómitos con sangre (hematemesis) o melena (materia fecal oscura)
- Presencia de una enfermedad sistémica.
- Se observan anomalías en la palpación abdominal.
Un hemograma completo, un perfil bioquímico sérico y un análisis de orina son los primeros pasos para acercarse al diagnóstico de una gastritis aguda y crónica. Las radiografías abdominales simples o con contraste pueden ser útiles para identificar cuerpos extraños gástricos. La ecografía abdominal puede ser útil para identificar cuerpos extraños, así como alteraciones en la pared gástrica. El diagnóstico definitivo se basa en la apariencia gastroscópica de las lesiones inflamatorias en el estómago mediante vía endoscópica. El examen histológico de las biopsias gástricas muestra cambios relacionados con la inflamación.
Tratamiento
Luego del diagnóstico lo primero que hay que hacer es tratar la causa de base que produce la gastritis. Lo que significa eliminar los cuerpos extraños, las sustancias que producen la irritación de la mucosa, tratamiento de las enfermedades renales o hepáticas, por ejemplo.
El tratamiento de la gastritis aguda suele ser de soporte. Una vez controlados los vómitos, se pueden administrar pequeñas cantidades de líquidos por vía oral con frecuencia, aumentando el volumen según la tolerancia del paciente. Se recomienda la administración parenteral de líquidos en pacientes deshidratados cuyos vómitos aún no se han controlado.
En pacientes anoréxicos se debe utilizar alimentación enteral (p. ej., sonda nasogástrica). A los pacientes que toman alimentos por vía oral se les puede administrar pequeñas cantidades de alimento con frecuencia, con una transición gradual a la rutina de alimentación habitual durante 3 a 5 días. Podría estar indicado un cambio de dieta según la causa subyacente de la gastritis.
Para el tratamiento específico de la gastritis deben administrarse protectores de la mucosa gástrica que disminuyen la producción de ácido de este. Dentro de este grupo se encuentra el omeprazol que, a diferencia de otros antiácidos, tiene el beneficio de la administración por vía oral cada 24hs, es la droga de primera elección en gastritis hemorrágicas y ha demostrado tener mejor eficacia para el tratamiento disminuyendo los daños sobre la mucosa gástrica y los signos clínicos como vómitos o dolor abdominal a las 24hs posteriores a la administración.
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